Enfermedad

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Sistema Cerebroespinal ¿Qué es la Hipertensión Intracraneal Idiopática (HII)?
Conociendo, que Idiopático significa “de causa desconocida”, definimos la HII como un incremento de la presión intracraneal sin causa justificada. Para entenderlo mejor, el cuerpo de una persona con HII reacciona de igual forma que un cuerpo en el que existe un tumor cerebral pero, sin que tal tumor exista.
Es esta similitud de síntomas la que le otorga a la enfermedad un segundo nombre: “Pseudotumor Cerebri”. Si aclaramos que “Pseudo” significa supuesto o falso, lo podemos traducir como “Supuesto Tumor Cerebral”. Por ello, la HII se hace tan complicada en su diagnóstico, en su manejo y evidentemente, es la causa por la que no existe cura, y por la que sus afectados, pasan años aquejados de dolor con el erróneo diagnóstico de migrañas.
El síntoma más común para la mayoría de los pacientes con Hipertensión Intracraneal Idiopática es un insoportable dolor de cabeza, acentuado por las mañanas y persistente en el tiempo –puede prolongarse durante meses- el cual no remite con ninguna medicación. La mayoría de los pacientes que acuden a servicios de urgencias lo describen como la peor de las migrañas imaginables.

Otros síntomas son el tinnitus o zumbido del oído, rigidez en el cuello, dolor de espalda, visión doble, pérdida de visión y ceguera debida a la inflamación y atrofia de los nervios ópticos (papiledema), malestar general, déficits neurológicos y dificultad para realizar tareas cotidianas.

Por lo general, a un paciente con HII, le resulta muy difícil explicar y convencer (por la falta de evidencias clínicas y su aparente buen aspecto) de su dolorosa situación. Es complicado transmitir y convencer a los demás de que te encuentras realmente mal, que no sufres un simple dolor de cabeza o migraña, cuando el resultado a todas las pruebas realizadas es negativo.
Aunque son las especialidades de Neurología y Neurocirugía las encargadas, en mayor grado, de su diagnóstico; no podemos olvidar la estrecha participación de la Oftalmología durante todo el transcurso de diagnóstico y control de la HII.
Es un proceso clínico importante en esta especialidad ya que no es una patología visualmente benigna, pues se asocia a una pérdida de visión lenta, progresiva e irreversible causada por la inflamación del nervio óptico (papiledema). Por ello, son estas tres especialidades las predominantes para su diagnóstico.
Entre las pruebas a realizar, toman especial importancia la realización de un Fondo de ojo con el fin observar el del nervio óptico y la inflamación existente (papiledema); y la realización de una Resonancia Magnética (RM), para descartar la existencia de un Tumor Cerebral.
Una vez descartado el tumor, se realizará una Punción Lumbar (PL) con tres finalidades: Punción Lumbar
  • Medir la Presión Intracraneal del LCR; Una presión de LCR superior a 200 mmH2O (20 cmH2O) constituye un requisito diagnóstico imprescindible de HICI.
  • Analizar el Líquido Cefalorraquídeo para descartar infecciones y otras patologías del Sistema Nervioso Central (SNC)
  • Disminuir la Presión Intracraneal para aliviar el dolor de forma temporal.
Tras la Punción Lumbar la prioridad del especialista es reducir el exceso de LCR, para prevenir el deterioro visual, la ceguera y los daños cerebrales. Para ello, medicamentos que disminuyen la producción de LCR y diuréticos específicos, junto con la pérdida de peso son las primeras pautas a seguir.
Si estas medidas no resultan efectivas y la Presión Intracraneal sigue en incremento, se opta por la vía Quirúrgica. Esta opción consiste en la colocación de una Derivación Ventrículo Peritoneal (DVP) o Lumbo Peritoneal (DLP) -a criterio del facultativo- para desviar el exceso de LCR a otras zonas del cuerpo como puede ser el abdomen.

Derivaciones

En ocasiones, los tratamientos quirúrgicos requieren de operaciones repetidas ya que, pueden aparecer complicaciones que impidan su correcto funcionamiento, no evacuando el LCR debidamente y peligrando de nuevo la función visual.
La Fenestración del nervio óptico, es otra de las técnicas empleadas para aliviar la presión ocular y prevenir el deterioro de la función visual. Para ello, el cirujano realiza una pequeña apertura en la vaina que rodea el nervio óptico.
La Hipertensión Intracraneal Idiopática es una patología poco frecuente, teniendo una incidencia en la población mundial de 1 a 3 de cada 100.000 personas.

 

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